febrero 2011

¡Cielos!, nuevamente he estado lejos de mi pobre blog por un buen tiempo. Pero por suerte ya he vuelto ;) Lamentablemente he tenido problemas técnicos en mi pobre computadora que recién pude solucionar a medias (voy a tener que formatear desgraciadamente, pero la he arreglado más o menos hasta poder sacar tooodo lo que tiene), por eso me he tardado tanto. Tenía la reseña de The Graveyad book lista y no la pude publicar a tiempo, pero mejor tarde que nunca ¿no? No la he modificado, por lo que corresponde a casi dos semanas atrás, pero lo que importa es el contenido sobre el libro, no mis comentarios tontos sobre mis (pobres) dedos quemados ¬¬U (que ya están bien). Conste que es mi primer reseña, no pidan tanto XD. Dicho esto, aquí va:

Título: El libro del cementerio

Título original: The Graveyard Book

Autor: Neil Gaiman

Editorial: Roca

Fecha de publicación: 19 de octubre de 2009

Nº de págs.: 304

ISBN: 978-84-9918-030-4

Género: Fantasía infantil/juvenil

Idioma: español

Edad recomendada: 8 años en delante

Título: The Graveyard Book

Autor: Neil Gaiman

Editorial: Harper Collins

Editorial extranjera: Bloomsbury (UK)

Fecha de publicación: 30 de septiembre de 2008

Nó de págs: 320

ISBN: 0060530928

Formatos disponibles: tapa dura, tapa blanda, audiobook, e-book

Género: fantasía, terror

Idioma: inglés

Hoy es un día triste para mi, no solo porque me quemé dos dedos con aceite al hacer tortas fritas ¬¬U, sino porque lamentablemente he terminado de leer El libro del cementerio de Neil Gaiman. Lo empecé a finales de enero, leyendo primero unas pocas páginas nada más, luego aumentando a medio capítulo, y finalmente un capítulo entero por día, lo que me llevó rápidamente a su fin, dado que tiene tan solo ocho preciosos capítulos. Me ha ocurrido lo mismo que cuando leí El señor de los anillos o Harry Potter, tuve que obligarme cada día a dejar de leer para ahorrar unas páginas y no terminar tan pronto. Pero como todo, llegó a su fin, dejándome con un sabor agridulce en la boca. Cuando alcancé la última hoja fue como impactante, me quedé un rato observándola. Luego pasé por distintas fases: la negación, la depresión y ahora estoy en la aceptación, lo cual no es nada fácil. Tan solo con recordar las últimas líneas mis ojos se humedecen. Las imágenes regresan a mi mente, dándome un paseo rápido por todos los momentos entrañables del libro, recordando los personajes, tan únicos, singulares, llenos de vida (irónico ya que la mayoría son fantasmas), listos para despegarse de las páginas ni bien abres la novela. Uno se encariña tanto con ellos, y es que es imposible no hacerlo. El pequeño Bod por ejemplo, sentía que no quería que nada le pasara, me carcomía por dentro cuando se metía en problemas, rogando que todo se resolviera pronto, cuando estaba triste quería correr y abrazarlo, cada pequeño detalle me hacía sentir orgullosa. Ciertamente, esta fue una experiencia increíble, inolvidable. El libro del cementerio ha entrado indudablemente y con honores a mi lista de favoritos, como uno de esos libros que te marcan, que no puedes olvidar, que no importa las veces que lo leas lo seguirás disfrutando, y luego lo dejarás en el estante donde lo verás nuevamente y no dudarás en adentrarte en sus páginas una vez más. Voy a leerlo una y otra vez. Por ahora me tengo que conformar con la versión original en inglés porque no he podido conseguirlo en español, pero donde tenga la primera oportunidad va a ser uno más de mis tesoros, es un libro que debo, tengo que tener, no hay otra opción. Quiero poder verlo, tenerlo entre mis manos, admirarlo en todos sus brillantes aspectos. Va a estar en mi estantería algún día, es una promesa.

Sinopsis:

“Escuchad esta trágica historia: una familia que duerme, un asesino sin compasión y un huérfano que escapa de la muerte. ¿O no? El pequeño escapa del peligro y consigue gatear hasta lo más alto de la colina. Detrás de la valla que se encuentra, existe un lugar oscuro y tranquilo, un cementerio lleno de una vida especial. El niño es recibido allí donde los muertos no duermen y todos los que allí habitan deciden brindarle su protección, porque fuera, tras la valla que separa la ciudad de sus fantasmas, el asesino vil espera pacientemente. Pero ¿quién este niño al que quiere muerto?

El libro del cementerio narra la vida de Nobody Owens. La familia de Bod (Nad en español) fue asesinada cuando él era solo un bebé, y escapó de la muerte por muy poco. Al haber escapado de su cuna, gateó hasta el cementerio cercano a su casa donde encontró a sus salvadores y nueva familia y el que sería su hogar durante su niñez. El cementerio decidió aceptar a Nobody, otorgándole “The Freedom of the Graveyard” (literalmente “la libertad del cementerio”) que según he visto, en español se lo ha traducido como “La Ciudadanía Honorífica del Cementerio”, que le provee de ciertas habilidades que le ayudarán en su supervivencia en el camposanto, tales como ver en la oscuridad, andar en lugares por los cuales los vivos no pueden, pasar desapercibido por la mayoría e incluso invisible a ciertas miradas, y otras tantas que aprenderá durante su vida y después de ella. Un matrimonio de fantasmas, los Owens, adopta a Bod, y Silas, un ser que no está ni vivo ni muerto, se convierten su guardián y tutor. Silas se encarga de conseguir comida, ropa y demás necesidades básicas para el pequeño, ya que él puede salir del cementerio. Por esto mismo, en ocasiones se ausenta por algún tiempo, dejando a la misteriosa señorita Lupescu en su lugar, quien ayudará a Bod cuando se meta en líos con los ghouls (devoradores de cadáveres). Así Nobody va transcurriendo su niñez rodeado de fantasmas en los que ve a su familia, amigos, maestros y compañeros. Aprende a amar el cementerio como el hogar no quiere dejar, pero a la vez con esa curiosidad por el mundo exterior y las personas que “respiran”. Conoce a su primer amiga, Scarlett, una niña que jugaba en el cementerio mientras su madre leía en un banco cerca de la capilla. Instantáneamente se hicieron amigos (aunque ella pensaba que él era imaginario), compartiendo aventuras como la vez que se escurrieron hasta la tumba del “Hombre Índigo”, la más antigua del lugar. Pero luego de esto Scarlett debió mudarse con sus padres a Escocia. Después descubre la “tumba” de Liza Hempstock, la “bruja” del cementerio que fue enterrada con solo una piedra marcando el lugar. Bod decide comprarle una tumba como agradecimiento por haberle ayudado con su pie lastimado. Toma un broche de la tumba del Hombre Índigo e intenta venderlo en una casa de empeño, donde su dueño, el señor Abanazer Bolger lo encierra para obligarle a decir dónde conseguir más. Con ayuda de Liza, logra regresar sano y salvo a su hogar, luego de su primera incursión en el mundo. La segunda vez que sale, toma parte de una tradición local llamada “Danse Macabre”, donde los vivos y los muertos se unen en un baile hasta la media noche, cuando las flores de invierno florecen. Bod baila con la Dama Gris que le promete dejarle cabalgar en su caballo blanco… cuando el momento llegue. Su tercera incursión en el mundo de los vivos fue alrededor de sus once años. Lleno por las ideas de los libros que le muestran diferentes paisajes de un mundo que desea conocer, y consciente de que afuera hay mucho por aprender, decide ir a la escuela. Al principio todo va bien pero termina involucrándose demasiado con algunos niños, llamando la atención, y no le queda más opción que abandonar la experiencia. Ya con sus catorce años, Nobody se reencuentra con Scarlett, que ha regresado a la ciudad con su madre luego de la separación de sus padres, y reanudan su amistad. Ella le ayudará a investigar sobre el asesinato de su familia, contando con la infortunada “ayuda” del Sr. Frost, quien no es lo que aparenta… Con todo esto, Bod logra resolver el problema del asesino Jack, que lo perseguía aun después de tantos años para finalizar su trabajo.

Esta magistral obra se merece sin duda cada uno de los premios que ha ganado. Gaiman ha logrado una historia sumamente rica, entrañable, tierna, que no deja a nadie indiferente. El libro nos presenta un tema tan temido por muchos como es la muerte a través de los ojos de un niño que nos demuestra que no es algo que haya que temer, es un hecho inevitable que tarde o temprano alcanza a todo el mundo, que no marca un fin sino una continuación o incluso el comienzo de una nueva vida.

Es muy fácil de leer, de un ritmo llevadero y envolvente, atrapante. Definitivamente no querrás soltarlo hasta llegar a la última página para luego implorar por más. En la obra siempre impera un ambiente gótico que no llega a ser macabro, con el gris como el color predominante, con mucha sombra pero sin llegar a negro ni con tanta luz como para ser blanco. Mientras leía tenía presente la similitud con las películas de Tim Burton, y sigo con la idea fija de que sería el mejor director para hacer la adaptación cinematográfica del libro. Los personajes son excelentes y la historia tiene todo salvo romance, sin embargo no le hace falta alguna. Puedo decir que es un libro completo, que fascinará a cualquiera que lo lea, lleno de vida, aventura y emoción aunque su título diga todo lo contrario.

Cubiertas del libro:

Versión americana: